Campos negros Días rojos

“Quizá en una extraña dialéctica, ficcionalizar sobre la ficción sea una forma de hacer realidad lo antes ficticio”

Estaba tomando un aguardiente con la chiruza del bulo mientras resonaba una viola con su fiel payador, de repente se empezaron a escucharse tiros, salí y vi al pobrerío amuchambrado agarrando billetes, pedazos de carne, pan que le tiraban unos jinetes encabezados por el mito de las pampas. El gentío gritaba y tiraba cuetes con sus chumbos al aire en señal de bienvenida. Se apeó y apenas entrado se le fueron todas las minas alrededor y el compadraje le invitaba un trago. Una vez sentado tomó su caña y se le fué la más guapa a sentarse en su rodilla. A los gritos ordenó al cantinero tragos para toda la paisanada de bulo. Salud! le gritaron mientras metía de un sorbo el vaso al buche. El Compañero de la viola dedicó unas payadas en la que decía: “Gaucho libertario, de facón justiciero que al pueblo defendés del patrón hijoputa y a los pobres ayudás sin pedir nada a cambio, que en el Chaco dejaste tu huella junto a Mate Cosido y otros paladines de la gente. Vayan estos sones a tu eternidad y te protejan cundo la amalaya te joda (una vez Vairoleto se enamoró de una de las mujeres del bulo pero también la quería tener un gendarme llamado Elías Farache, este la quería a la fuerza. Vairoleto indignado entró en disputa con el y lo liquidó de un tiro, le dolía tener que matar polecías y gendarmes, pero al fin de cuentas ellos son la herramienta armada que tienen los patrones  para doblegar al pueblo e imponérsele)

Sobre él se habla mucho, cuanto de verdad y cuanto de ficción hay no lo sé. Acá llegan folletines de los anarquistas que llaman a la solidaridad con los compadres patagónicos que están en huelga. La mayoría tiene miedo de hacer paro, la peonada está muy atada al patrón y este no perdona, pero Juan Bautista arenga a que nos unamos y luchemos contra la tiranía déspota que vive a costa nuestra.

En un rancho han hecho un ·”Ateneo” los pocos gauchos leídos le cuentan a la gente lo que dicen los anarquistas europeos. Nombres como Kropotkin, Prouhdon son mencionados. Que la tierra sea de los que la trabajan y otras ideas por el estilo hacen entusiasmar y envalentonar a la pueblada. En el Ateneo también se enseña a leer y yo aprendí a leer ahí, fue así como conocí lo que en la capital se decía de nosotros, conocí a Hernández que nos defendía frente al hijoputa del Sarmiento que nos veía como escoria. Yo enseñé a leer a mis hijos y uno de ellos me salió escritor. Se puso a escribir lo que le contaba de Vairoleto y empezó un cuento donde con palabras extrañas decía algo de ficcionalizar y de dialéctica, puso en tinta lo que yo vi y escuché.  Espero que no se pierda esto y que llegue a otros, a gente del mañana que no caiga en el olvido nuestro protector, el protector del pueblo: Juan Bautista Vairoleto.

 Llegan noticias de la Patagonia, un tal teniente coronel Varela había asesinado a paisanos huelguistas, esto se sumó a que la polecia local incendió el “Ateneo” y detuvo a los gauchos letrados. El miedo se apoderó del pueblo y los patrones se aprovecharon haciéndonos lagurar más a la  paisanada. Pasaron meses así hasta que apareció Vairoleto que enterado de tales injusticias se fue al patrón, lo amenazó de muerte y repartió entre el pobrerío su plata con su oro. El vengador se refugiaba  en varios ranchos mientras la  polecía lo buscaba inutilizada ante el silencio protector de la gente. Al Juan Bautista lo buscan de todos los lares, desde la Cuyanía hasta las pampas, la polecía no da con él. Llegan rumores de sus correrías por todos lados, no se sabe que es verdá y que no, por acá hace mucho que no se asoma y se lo extraña.

                                      

Las violas acompañan la payada que ha hecho de Varioleto el héroe de unas pampas desoladas por el yugo del terrateniente que se enriquece con la pobreza de la peonada. La polecía no sabe que hacer , y se hizo tan grande la fama del Vengador que llegaron noticias de su existencia al mismísimo Presidente Justo

 

Los máuser del poder se unieron y se armó un grupo especial para agarrarlo. Pasaban los años y se les iba, hasta que un traidor lo vendió dando con su paradero. Al grito de “entregate, Vairoleto estás rodeao” se pegó un tiro antes de darles el gusto de agarrarlo.

Y fue así como entró a la eternidad, en un Setiembre del `31, días antes de la primavera. Sölo lo héroes quedan en  el alma del pueblo, de la que el poder busca imponer el olvido.

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